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Nuestros Servicios
La gestión segura y fluida del tráfico rodado por el anillo de la M-30, es el compromiso compartido por todas las personas que formamos parte de Madrid Calle 30: desde el equipo de Emesa, nuestro socio privado, que es la empresa encargada del mantenimiento y la explotación, hasta todos y cada uno de los empleados de Madrid Calle 30.
A efectos de distribución del trabajo, los dos pilares sobre los que descansa el reparto de tareas son la columna de explotación y estructuras, y la de instalaciones.
Pero por encima de la asignación de cometidos específicos, la seguridad en sí misma considerada es la primera de nuestras prioridades, transversal a todas las demás.
Somos sobradamente conocedores de los requerimientos contenidos en la Directiva 2004/54/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, que regula los requisitos mínimos de seguridad a cumplir en los túneles de la red transeuropea de carreteras de más de 500 metros; así como del Real Decreto 635/2006, de 26 de mayo, sobre requisitos mínimos de seguridad en los túneles de carreteras del Estado.
Y somos perfectamente conscientes del compromiso con la seguridad que se espera de quienes gestionamos una plataforma de movilidad por la que transitan al año 570 millones de personas.
Los túneles del anillo de la M-30, por su propia complejidad, necesitan superar todos los requisitos, verificaciones y controles exigibles para garantizar la seguridad durante todo el ciclo de vida de la infraestructura, de los equipamientos y de los equipos de respuesta ante la eventualidad de cualquier incidente.
Los hechos y los datos demuestran que los tramos en túnel ofrecen menos siniestralidad que los segmentos a cielo abierto. Sin embargo, ante un incendio, no es menos cierto que las consecuencias pueden ser mucho más severas, debido a la singularidad de un espacio confinado. De ahí que sea necesario concebir unos mecanismos de seguridad especialmente exigentes, con requerimientos superiores, por razones obvias, a los que rigen a cielo abierto.
A tal efecto, en Madrid Calle 30 contamos con medios y recursos dedicados a la supervisión y control del tráfico rodado las 24 horas los 365 días del año.
Las inspecciones periódicas, por ejemplo, no son un trámite más, sino una autoexigencia ineludible, al igual que los planes de formación, los protocolos de actuación, la coordinación con todos los agentes involucrados (como servicios de emergencias, protección civil, bomberos o policía municipal), y los simulacros.
No hay lugar para la improvisación ni para escatimar medios. La seguridad de la circulación, la integridad física y la vida de los usuarios de la M-30 está por encima de cualquier otra consideración.
Los túneles de la M-30 son el “patrimonio” más valioso de una infraestructura singular.
Para su construcción se utilizaron dos metodologías diferentes, según las exigencias estructurales del tramo: mediante tuneladora (en el caso del baipás) y mediante el método Cut & Cover (para el resto de los túneles), también conocido como “falso túnel”, consistente, como la propia expresión indica, en “cortar y cubrir”.